Fue en 2008, cuando Briceño vio una alternativa económica en el tubérculo de los variados sabores y colores, del cual abundaba una amplia gama en el pasado. La introducción en los años 60 de algunas variedades más comerciales, terminó por desplazar las papas nativas del país, fruto del desconocimiento. En ese entonces se pensaba que los colores de los tubérculos podrían ser un problema.
A la fecha, Tesoros Nativos es responsable de la recuperación de, al menos, 40 variedades de papa ancestral.